martes, 19 de noviembre de 2013

La fortuna de trabajar con personas. "Devitador"

Hace un tiempo, tuve la fortuna de conocer a una persona, de cultura gitana, que me mostró su riqueza personal.
Pude acompañarle primero de forma directa y posterior en la distancia mientras compartia equipo con su terapeuta, a lo largo de sus dos años de proceso personal en Proyecto Hombre de Gipuzkoa.
En el trabajo con personas, se dan momentos, en los que la chispa de la conexión  surge de forma inesperada y este fue uno de ellos.
Estaba ayudándole a realizar, a escribir su biografía. Me estaba contando la historia de su padre. Se trataba de una gran persona, muy apreciada en su familia y muy respetado por parte de las otras familias gitanas. Le pregunté si se trataba de un Patriarca, me sonrió, me dijo que no y me dijo, "es un Devitador".
No entendí la expresión y volví a preguntar. Devitador, me volvió a decir, con la paciencia que muestra un maestro con su alumno.
Larraitz - Lareo 2008 - 04 - 27
Mostraba orgullo en sus ojos al decirme que función tenía su padre en su comunidad. Devitador.
Le pedí que me lo aclarara. Me contó que se trata de una función muy importante para ellos. Cuando en la familia, o sobe todo, entre diferentes familias se produce un conflicto se le llama a su padre para "devitar" el conflicto.
Se encarga "de evitar" el conflicto. No se trataba de un juez, no. Sino de una persona que escucha, valora y dialoga con las partes. Para que con su "palabra", ayude a orientar, a encontrar nuevos caminos, nuevas formas de ver las situaciones y así evitar el posible conflicto.
¿No estamos hablando de la figura del mediador, del psicólogo, del orientador que ayuda a modificar los conflictos?. 
Que bonito me pareció, que en la cultura de la persona que atendía, tuviera la semejante riqueza de asignar a una persona especial, la categoría del mediador. Muy a la altura del Patriarca, aunque pasando más desapercibida, al menos para mundo de los "Payos". Me pareció de una riqueza inmensa. Esa labor "callada" que muchas veces realizamos orientadores, psicólogos, devitadores y en cambio son tan útiles y necesarios para nuestras sociedades.
Fue uno de esos momentos, que el trabajar con personas, me regaló una perla que me iluminó un poco más existencialemnte.

Dedicado a todos los Devitadores de cualquier cultura.

miércoles, 30 de octubre de 2013

Aprende a querer para saber quererte

San Juan de Gaztelugatxe
"Estamos condicionados, pero no determinados"

Esta frese podría convertirse en una máxima que marcara nuestra vida. En muchos momentos, nos situamos en la vida, con una actitud derrotista, que nos lleva a desterrar todo atisbo de esperanza y terminamos con miedo, paralizados, sin hacer nada. En esta "crisis" se dice mucho "con la que está cayendo..." Con la que está cayendo, qué?... Cuando se dice esto, se nos está diciendo, no hagas nada, simplemente puedes encoger los hombros y seguir mojándote. Ni te muevas, que seguro es peor. Siempre puedo hacer algo. Que no nos engañen. Siempre tengo posibilidad de hacer algo diferente.

Sí estamos condicionados, pero no determinados. Muchas veces la mochila es tan grande, sentimos que es tan grande que nos sentimos bloqueados y nos vemos completamente determinados, pero estamos condicionados. Siempre tenemos alguna salida por algún lado, pequeña quizás, pero siempre hay esperanza para ver una luz.

En un grupo de Terapia Multifamiliar, surgían reflexiones de lo duro que es llegar a no sentirse querido,  pero sobre todo en la recta final de la vida. Sentir que estás en los últimos momentos de vida, levantas la cabeza y te dices, ¿qué ha pasado?, estoy solo, no tengo a nadie, siento que no me quiere nadie.

Nos contaba un familiar que había acompañado hacía muy poco a una familiar, a un tío suyo, en los últimos momentos de vida, tras padecer una enfermedad. Y lo contaba con tranquilidad, serenidad. Con la satisfacción de haber echo algo duro, pero que le había aportado sentimientos que eran valiosos para él, para su vida personal y sobre todo de pareja. Se encontraba saliendo de una crisis profunda de pareja y esta vivencia le había aportado un prisma diferente a su vida.

Realmente, ahí está lo fantástico, nos contaba cual había sido su experiencia en la recta final de su tío. Nos  mostraba una persona, al menos con la familia, aislada, egoísta. Nada cuidador de las relaciones familiares. Muy volcado hacia lo exterior, lo social, pero de poco intimar e incluso arisco con los suyos, su familiares. Es decir una persona poco merecedora de ser querido.
Al final, ese mal comportamiento, le había llevado a quedarse solo en los últimos días de vida. Esas reflexiones que le surgían al sobrino en el acompañamiento ante la muerte. Viendo esa realidad de su pariente, propició, sin ser consciente el tío, una gran regalo para el sobrino. Un regalo de vida. El que pudiera vivir, lo que es sentir dar generosidad, el dar con gratuidad. Experimentar la capacidad de
transcendencia.

"Podías, te apetecía y te salía de dentro, el acompañarle a esta persona, este familiar. Nadie te obligaba. Y desde ahí, sin ir a buscarlo, has recibido un montón. Esa es la última lección que te ha dado tu tío. "déjate de tonterías, de historias sin importancia, aprovecha la vida segundo a segundo. Te ha hecho volverte hacia los tuyos, hacia tus hijos, mujer y verles de otra forma. Con sus defectos, sí, pero en toda su humanidad. Volviendo a descubrir a la persona que una vez te enamoraste y que aún está ahí y sigue mereciendo la pena, por que sientes que la quieres y sientes que te quiere".

Alguien preguntó. ¿Cómo aprendemos a querernos más?
Me ha encantado la respuesta que de forma muy espontanea una persona dijo, "He aprendido a quererme relacionándome". Permitirme cambiar la última palabra, "he aprendido a quererme queriendo" La única forma de que eso se vuelva hacia mí, no es diciéndome "me tengo que querer más". Sino, decir, te quiero, gratuitamente, generosamente, sin esperar nada a cambio y automáticamente ese sentimiento mío, volverá hacia mi.

jueves, 18 de julio de 2013

XVII Jornadas Encuentro de Logoterapia

19 y 20 de octubre, en Barcelona. Un año más va a celebrarse las Jornadas - Encuentro de AESLO, las XVII jornadas. Ya son años de trabajo y constancia.

Esta vez se van a organizar junto a la ACLAE. Trabajo conjunto de las dos organizaciones que espero, a partir de este Encuentro, de más frutos en nuevos proyectos.

Este año el tema central será:

FORTALEZAS SOCIALES Y PROMOCIÓN PERSONAL. perspectivas, límites y desafíos actuales para la Logoterapia.

Cómo ya nos vienen acostumbrando vamos a contar con ponentes de talla internacional, como son los argentinos Gerónimo Acevedo y Oscar Oro, el colombiano Juan Pablo Díaz del Castillo desde el otro lado del Atlántico. Ya más cerca, desde Europa, el italiano Daniele Bruzzone, la Austriaca Alexandra Gur, o los españoles Jordi Segura y Clara Valverde Gefael.

Merece la pena reservar unos días para acercarnos a Barcelona y nutrirnos noéticamente de estos Encuentros y como no, de esta maravillosa ciudad.

lunes, 29 de abril de 2013

Miremos alto, miremos con esperanza

Donostia 2013 - 04 - 28
" ¿Que ésta es una mala época? Pues bien, estamos aquí para hacerla mejor".
(Thomás Carlyle 1795 - 1881).

Preparando un trabajo topé con esta frase de Thomás Carlyle. Historiador, crítico social y ensayista británico. Me pareció una frase sencilla, pero con mucha contundencia.

En primer lugar, nos pone delante de nuestra realidad. "¿Es una mala época?". Seamos capaces de reconocer cuando nos enfrentamos ante acontecimientos que se nos escapan a nuestro control. En este estilo de vida actual, estamos empeñados en intentar controlar todo lo que nos produce sufrimiento. Siempre necesitamos de forma rápida la solución a nuestros males. La sociedad tiene que estar preparada para prevenir y solucionarnos de forma rápida y eficaz cualquier problema. Por supuesto, que nuestras sociedades tienen que estar a la altura de las circunstancias y nuestros representantes, del índole que sea, deben ser capaces de responder rápidamente y honestamente ante las crisis. Pero, ¿qué pasa con nuestras responsabilidades, las personales de cada persona?.

Somos personas libres. Qué hemos luchado por nuestras libertades sociales y nuestro derecho a ser personas libres. Pero, ¿qué pasa con la responsabilidad?. "estamos aquí para hacerla mejor". Es verdad, crisis, hemos sentido que nos han metido en ella los bancos, los políticos, los gobernantes, y nosotros somos meras "victimas" de una mala época. No es así. Tenemos mucho que ver en esta "mala" época actual. Hemos permitido, mirando a otro lado, muchas injusticias, muchas desigualdades. Ahora también, aún podemos hacer mucho. Es más, tenemos la responsabilidad, la obligación moral, de no dejar de hacer por mejorar esta mala época.

Libertad siempre tiene que ir unida de la mano de responsabilidad y esta ejercida con sentido. Seamos activos y tomemos nuestras decisiones para contribuir a salir de "esta mala época".