Monantropismo como respuesta a la crisis

2008 - 04 - 27 Lareo - Larraitz

"...La mera supervivencia no puede ser el valor supremo: Ser hombre significa estar ordenado a algo que no es uno mismo. La existencia humana se caracteriza por la autotranscendencia. Cuando la existencia humana no apunta más allá de sí misma, la permanencia en la vida deja de tener sentido, es imposible. (...) si la humanidad quiere encontrar un sentido que sea válido para todos, debe dar un nuevo paso. Después de haber alcanzado, hace miles de años, el monoteísmo, la fe en un solo Dios, debe llegar a creer en una sola humanidad. Hoy necesitamos más que nunca un monantropismo."

(Viktor E. Frankl. "El hombre Doliente. Fundamentos antropológicos de la psicoterapia". 4ª edición Herder - 2000, pag 49 - 50)

¿Puede ser el monantropismo la solución a la crisis actual?

Viktor Frankl, pronunciaba un discurso en la Conferencia Mundial sobre El papel de la Universidad en la lucha por la paz. En Viena el 25 - 29 de agosto del 1969. Hace 43 años. El escrito anterior pertenece a aquel discurso de Viena.

La crisis actual del mundo occidental, aparentemente económica, entraña unas raíces mucho más profundas. Es una crisis de ideologías, de pensamientos y de valores. ¿Existen valores reconocidos por todos los grupos sociales? ¿Hay denominadores comunes sobre todo aquello que hace que la vida sea digna de vivirse?

... Es bien conocida la definición de la guerra como continuación de la política con otros medios. Pero esa definición sólo es válida para uno de los dos tipos de política que yo distingo. Hay una política para la que el fin justifica todos los medios. La otra política, en cambio, sabe muy bien que hay medios  que no pueden justificar ni el más sacrosanto de los fines. ..."

(V. Frankl. Viena 1969)

Luchar en pos de esta idea del monantropismo, de sociedad y humanidad global; requiere de, primero, superar pensamientos reduccionistas. Ideologías excluyentes. Al comprender al ser humano, hemos de considerar su unidad en la multidimensionalidad biológica, psicosocial y espiritual; como abiertamente aporta la Logoterapia. Así mismo, cuando abordamos a la sociedad tenemos que tener presentes las dimensiones históricas, económicas, sociológicas, religiosas...

Se hace necesario rescatar esta unidad y complejidad humana, así como un pensamiento global, multidisciplinar; y  no obstante respetuoso con las diferencias, para ser integrador con la identidad humana y social.