Kenia 2008 |
Podrá estar amordazada la dimensión más humana de la Persona, agazapada, y nuestra responsabilidad como terapeutas, será ayudar a la Persona espiritual, por así decirlo, a ser liberada de las ataduras psicofísicas que estarían enfermas.
Los reduccionismos, ya sea el biológismo de las ciencias médicas, el psicologísmo de las ciencias psicológicas, o el sociologismo de las ciencias sociales, en vez de comprender al ser humano en su naturaleza, corren el riesgo de crear una caricatura.
Sería en esta época de crisis, en el que la Persona en su naturaleza está apareciendo completamente desfigurada y está siendo mal tratada. Desde todos estos reduccionismos se ha ido configurando la escena para poder ver a la Persona como meros números, números con deudas, saldos, créditos... Totalmente deshumanizados a los que se les puede exprimir económicamente, humillar o esclavizar.
Este error y horror puede evitarse solamente desde la adopción de una perspectiva que incluya las dimensiones bio-psico-social y espiritual en una unidad antropológica inseparable. Este es el propósito de la ontología dimensional formulada por Viktor Frankl.