Este monolito se encuentra en Normandía. "El jardín de la Paz", junto al cementerio alemán, de la 2ª Guerra Mundial.
Dice así: “Die Frage des Friedens ist keine Frage an die Welt, sondern eine Frage an jeden selbst” "La cuestion de la paz no es ninguna pregunta al mundo, sino es una pregunta a cada uno mismo", Karl Jaspers. 1883 - 1969
Fue una sorpresa encontrarme con una cita de Jaspers. Nos da, claramente, en la responsabilidad de cada uno.
La paz no es una cuestión que tengamos que hacer al mundo, sino es a cada uno de nosotros, a los que nos corresponde dirigir la pregunta. No es preguntarnos, porqué no hay paz, porqué hay violencia, terrorismo... La pregunta es a nosotros, a cada uno de nosotros y en primera persona. ¿Qué hago yo para tener paz?. ¿Qué hago yo para luchar contra el terrorismo, contra la violencia que hay en nuestro entorno?.
Es nuestra la responsabilidad de preguntarnos a nuestro ser interior, a nuestra conciencia. No se puede seguir siendo un mero espectador de lo que pasa a nuestro alrededor. Somos partícipes, protagonistas y por eso tenemos el "deber" de preguntarnos, qué papel queremos jugar. No se puede eludir la pregunta. Nosotros no preguntamos al mundo porqué... es el mundo el que nos pregunta a cada uno de nosotros, para qué..
La violencia está en nuestro mundo. Visitaba los cementerios de la 2ª Guerra Mundial y poco a poco me iba dejando sin palabras. Poco a poco, se me secaban los pensamientos. ¿Cómo ha sido posible?, ¿Cómo hemos podido permitirnos llegar a esto?. Pensaba en la situación del País Vasco, de donde soy. Tantos años de terrorismo y violencia. Tanto dolor. No es posible borrar toda esta Historia del mundo. Nos pertenece, para vergüenza del futuro y del presente. Pero seguimos teniendo la responsabilidad en nuestras manos, "y ahora ¿qué puedo hacer...?". Necesitamos encontrar un sentido a tanto dolor sin sentido. Quizás, Viktor Frankl, sin la Guerra Mundial y sus campos de concentración, habría desarrollado sus ideas de Logoterapia. No eran necesarias, por supuesto. Pero sí podemos decir que esas experiencias límite de la vida, le aportaron una madurez y una sabiduría únicas para él. Quizás algún día todas las victimas y dolientes del terrorismo podamos llagar a responder para qué tanto dolor.
Es una cuestión personal, que cada uno debe recorrer. Son experiencias vitales que van marcando nuestro camino en la vida. Se incorporan a cada uno de nosotros y nos enriquecen... ya que terminan contribuyendo a nuestra madurez de personas. El dolor, el sufrimiento impuesto, no elegido de una pérdida, no solamente es desgarro, también es algo que nos modela, que nos cincela como personas.
Yo soy como soy, por la suma de todas mis experiencias vitales. Yo soy como soy, gracias a todas mis experiencias vitales. Las gratificantes y las dolorosas. Por todas.